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Este artículo es basado en la conferencia impartida por Óscar Salazar, en el #MootCO23: La cocina de la gamificación (se abre en otra pestaña).

¿Qué es la gamificación? 

Antes de sumergirnos en la receta, es esencial comprender qué es la gamificación. La gamificación es una estrategia didáctica motivacional que utiliza elementos de juegos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Su objetivo principal es aumentar la motivación de los estudiantes.

Esta práctica, que comenzó a utilizar alrededor de 2008 en contextos corporativos, se ha trasladado al ámbito educativo. La gamificación fomenta la cooperación entre estudiantes, promueve el autoconocimiento y crea un ambiente seguro para aprender. Además, mejora la retención del conocimiento al utilizar elementos narrativos, personajes y emociones, lo que facilita la apropiación de conceptos.

Sin embargo, es importante distinguir la gamificación de otros enfoques relacionados con el uso de juegos en el aprendizaje. Por ejemplo, los “juegos serios” están diseñados exclusivamente para desarrollar habilidades o conocimientos específicos. En cambio, la gamificación toma elementos de juegos y los integra en una estrategia de aprendizaje más amplia.

Otro término relacionado es el “aprendizaje basado en juegos,” que implica la adaptación de juegos existentes para crear experiencias de aprendizaje específicas. Por ejemplo, utilizar un crucigrama para reforzar conceptos o el juego Angry Birds para enseñar principios de física. Estos conceptos, aunque comparten elementos con la gamificación, son diferentes en su enfoque y propósito.

Ingredientes para una estrategia de gamificación efectiva

Ahora que hemos definido la gamificación y aclarado sus diferencias con otros enfoques, exploremos los ingredientes esenciales para diseñar una estrategia de gamificación efectiva.

Ingredientes básicos

Los siguientes son los ingredientes que toda estrategia de gamificación en entornos de eLearning debe tener. 

  • Reto: Presentar a los estudiantes una situación problema que despierte su interés y motivación.
  • Meta: Definir claramente los objetivos que los estudiantes deben alcanzar para tener éxito en la gamificación.
  • Recompensa: Ofrecer incentivos tangibles, como monedas virtuales, medallas o pertenecer a un equipo especial, para que los estudiantes se sientan recompensados.

Ingredientes complementarios

Estos ingredientes no son indispensables en una estrategia de gamificación pero su uso puede mejorar considerablemente la experiencia: 

  • Reglas: Establecer reglas claras que fomenten el respeto y la honestidad entre los estudiantes.
  • Libertad de elección: Permitir a los estudiantes tomar decisiones y elegir su camino en el proceso de gamificación.
  • Retroalimentación: Proporcionar feedback constante para guiar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje.
  • Estatus: Mostrar a los estudiantes su posición en relación con los demás, fomentando la sana competencia o la cooperación.
  • Restricción de tiempo: Incorporar desafíos que requieran agilidad y eficiencia por parte de los estudiantes, en un determinado periodo de tiempo. 
  • Progreso: Guiar a los estudiantes a través de un recorrido que les lleve desde tareas simples hasta desafíos más complejos.
  • Sorpresa: Ofrecer recompensas inesperadas para mantener el interés y la participación.

Utensilios

Para mezclar estos ingredientes y dar forma a la estrategia de gamificación, se necesitan herramientas específicas:

  • Narrativa: Crear una historia o argumento que sumerja a los estudiantes en un entorno de juego. Esto incluye la definición de personajes, emociones y contextos.
  • Instrucciones: Proporcionar indicaciones claras para que los estudiantes comprendan cómo avanzar en la gamificación.

Pasos para preparar la receta de gamificación

Una vez que se han seleccionado los ingredientes, es importante seguir un proceso ordenado para diseñar una estrategia de gamificación efectiva:

  • Caracterización de los estudiantes: Conocer las habilidades digitales y perfiles de los estudiantes para adaptar la estrategia a su nivel de competencia.
  • Definir un objetivo: Asegurarse de que cada elemento de la gamificación contribuya al objetivo educativo deseado.
  • Selección de ingredientes: Elegir los ingredientes que mejor se ajusten al objetivo y al perfil de los estudiantes.
  • Decidir un recorrido: Por último, pero no menos importante, se debe diseñar el camino que seguirán los estudiantes, permitiéndoles tomar decisiones y así evaluar su impacto en la consecución de metas.

La gamificación puede transformar la experiencia de aprendizaje, convirtiéndola en un viaje emocionante y motivador para los estudiantes. Al incorporar estos ingredientes esenciales y seguir un proceso adecuado, los docentes y formadores pueden crear estrategias de gamificación efectivas que estimulen el aprendizaje y la participación activa de los estudiantes en el aula.

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